Ficha de la serie: Nombre original: True Blood
Creador: Alan Ball
Sinopsis: Los vampiros existen. Viven entre nosotros y hace relativamente poco, se han dado a conocer. Para poder vivir en armonía con los humanos, una empresa japonesa ha inventado un líquido llamado True Blood, que puede sustituir a la sangre. Mientras, en un pequeño pueblo cerca de Nueva Orleans, Sookie Stackhouse tiene problemas para relacionarse, ya que su habilidad para leer mentes la convierte en una especie de paria entre sus co-ciudadanos... Pero cuando se da cuenta que, por algún motivo, no puede leerle la mente a los vampiros, entiende que debe estar con uno de ellos... Bill Compton.
Año de comienzo: 2008
Duración: 36 capítulos de 45 minutos repartidos en 3 temporadas / Todavía en emisión
Cadena: HBO
Temporada 1: La serie tiene una gran factura técnica, mostrando los poderes y debilidades vampíricos con gran acierto. Me parece genial la forma en que se conectan con sus poderes (aunque a veces puedan parecer un poco ridículos), de una manera más innata que aprendida, como si formaran parte de su forma de ser. El maquillaje y la estética me parece bastante adecuada y los actores realizan bien su trabajo, siendo siempre muy naturales al expresarse.
La serie, en su concepción, me ha sorprendido gratamente por un lado, pero me ha decepcionado por otra. Esta primera temporada es, simplemente, una explicación del mundo (de Tinieblas) con una excusa detrás que se hace llamar a sí mismo argumento. Si la serie hubiera sido más rara, con un argumento más laxo y simplemente fuera una divagación sobre temas relacionados con vampiros... la serie me hubiera gustado más. Si, por el contrario, hubieran tirado a por algo más comercial, recreando una trama más apocalíptica, centrándose más en la serie de asesinatos o en el submundo vampírico... también me habría gustado más. Pero no ocurre nada de eso, sino que se queda en un punto intermedio donde la trama se escurre como sirope por encima de un pastel que sólo se deja intuir.
Quizás eso no sea malo, quizás esperaba demasiado de Alan Ball (el cuál idolatro desde Six Feet Under) o quizás soy un quejica sin remedio... pero lo cierto es que la serie no me ha terminado de cuajar. Quizás sean los rudos intentos de hacer finales de capítulo impactantes, que sólo consiguen que frunzas el ceño extrañado. Quizás sea que no me creo el personaje de Sookie o, a lo mejor, que los vampiros se comportan demasiado como si fueran personajes de Anne Rice o como sádicos criminales (salvo el vampiro gay, el mejor personaje de la serie), sin punto intermedio. No lo sé, pero hay algo que chirría en el conjunto.
Pero lo cierto es que la serie es buena. Tiene buenas ideas, enfoca el tema desde un punto de vista muy interesante (la sexualización de los vampiros por parte de la sociedad moderna me parece un concepto brillante) y tiene unos títulos de crédito con mucho humor negro (humor, por cierto, que hecho en falta en la serie, pues se reduce a unas cuantas anécdotas en momentos precisos). Aún así y con todo, a mí me ha convencido para ver la segunda temporada, que se emitirá en verano del año que viene, pues los últimos capítulos de la serie (12 capítulos por temporada) demuestran que se reservan muchos planteamientos y personajes geniales para continuar la saga.
Temporada 2: La serie, según creo yo, mejora bastantes enteros. Ahora la acción no se reduce al pueblo de Sookie, sino que podemos ver cómo todo Estados Unidos ha cambiado por completo por los vampiros salidos del armario. El hotel de vampiros, la secta anticolmillos, las distintas facciones vampíricas en contínua lucha... El pasado tormentoso de Bill.
Realmente esta segunda temporada es mucho más interesante. Los fallidos intentos de hacer cliffhanger se terminan (ahora simplemente ni lo intentan) y la trama, aunque tiene la misma estructura extraña, está más definida. Los hechos se producen a una escala mayor y no hay tiempo para tonterías.
Si hay algo que, a día de hoy, me sigue molestando de la serie, es el personaje de Sookie, que tiene una inmunidad de guión tan burda que hasta el propio personaje es consciente de ella y actúa en consecuencia. Pero los secundarios ahora funcionan mucho mejor, los nuevos personajes (impagable la carismática Michelle Forbes como Maryann) se insertan bien en la acción y, en definitiva, todo se enlaza a las mil maravillas.
Por si eso fuera poco, las promesas para la tercera temporada son de lo más interesantes, con la reina vampira y algunos cabos sueltos todavía por desarrollar.
Temporada 3: Desde el principio esta serie fue la versión adulta de Crepúsculo. Es básicamente la misma historia de Romeo y Julieta, donde los protagonistas se enamoran sin una razón real y todo el mundo parece conspirar para separarlos.
El problema es que cada vez la serie se parece cada vez más a esa saga vampírica, con tensión sexual con hombres-lobo metida con calzador y personajes que se empiezan a comportar como parodias de ellos mismos. La temporada es muy irregular, con algunos episodios que sólo pueden definir como vómitos mentales, junto a algunos de los más brillantes de la serie al completo.
Pero muchas de las cosas por las que veía la serie siguen ahí: El diálogo sobre la sexualidad, los personajes que evolucionan (es más, han conseguido que CASI no odie a Sookie), la versión más o menos realista de un auténtico destape vampírico y algunos elementos interesantes. Además, algunas de las cosas que no cuadraban de la serie han sido por fin explicadas (todavía quedan unas cuantas, eso sí).
De todas formas, True Blood se ha pasado con lo de meter criaturas sobrenaturales. Dentro de poco, habrá más criaturas que personajes... Y es una pena, porque el mundo que habían creado era muy interesante y todavía había muchas historias que contar sobre vampiros. Todos loa arquetipos se está simplificando demasiado, y eso no me gusta. Prefería que se tomaran las cosas con un poco de calma, que e desarrollaran mejor esos conceptos que ahora sólo perfilan antes de pasar corriendo al siguiente.
Así que un poco de cal y un poco de arena. Es una buena serie, pero ha empeorado y me deja con la ceja enarcada, dándoles un voto de confianza para la siguiente temporada... Pero por poco.
