Ficha de la serie:
Nombre original: The Killing
Creador: Veena Sud / Basado en la serie "Forbrydelsen" de Danmarks Radio
Sinopsis: Rosie Larsen ha sido asesinada y Sarah Linden, la detective asignada al caso, debe resolver el caso antes de irse a la otra punta de Estados Unidos para empezar una nueva vida junto a su hijo y su prometido. Pero su jefe le pide que se quede hasta que lo resuelvan y, de paso, enseñe el oficio al nuevo policía que ha llegado de Operaciones Encubiertas.
Año de comienzo: 2010
Duración: 44 capítulos de 45 minutos en 4 temporadas.
Productora: AMC, Netflix
Temporada 1: Creo que la mejor forma de definir es PURO CINE.
La serie tiene un ritmo sosegado (un capítulo equivale a un día en la serie) que se traduce en una preciosista fotografía y una dirección la mar de acertada. Todo lo que aquí puedes ver hace ver que no estás viendo una serie, sino algo mucho mejor. Por lo pronto, la trama no sólo es adulta, sino que el tratamiento de la violencia, de la psicología y del trabajo policial es admirable.
La AMC se ha lucido con esta serie que cuenta con profesionales no sólo detrás de las cámaras sino también delante. Los actores son magníficos (GRANDE la familia Larsen al completo) y sus papeles están muy trabajados. En definitiva, la serie parece la combinación perfecta entre el realismo de The Wire y la inmersión de Los Soprano.
Imprescindible.
Temporada 2: Debería ser pecado tardar más de tres años desde la crítica de la primera temporada hasta este momento, pero recuperar esta serie merece la pena. Después de ver la versión original, pensé que no merecía la pena verme esta temporada, ya que la historia iba a ser exactamente igual... pero no. Es un giro de 180 grados a la investigación y, de cierta manera, me parece más redonda la explicación de la versión americana.
En resumen, todo sigue igual: Actores magníficos, puesta en escena de cine y giros argumentales que se atropellan para crear un cliffhanger tras otro sin que dé la impresión en ningún momento de que alguien está manipulando la trama para alargarla sin sentido.
Todo perfectamente sincronizado, todo perfectamente atado. Una serie perfectamente bien construida.
Temporadas 3: Los datos de audiencia de la segunda temporada fueron bastante discretos, así que los rumores de la cancelación hicieron que los productores decidieran bajar el presupuesto de la serie drásticamente. Eso se nota en una menor variedad de decorados, situaciones y personajes. Solo sobreviven a la quema los dos protagonistas de la anterior temporada, desapareciendo de escena el resto.
Una pena y un error.
Ciertamente la tercera temporada consigue mantener parte del atractivo de las anteriores temporadas (aunque no tanto su atractivo visual, por culpa del presupuesto), con un crimen más extraño y rebuscado, aunque minimizando esa humanización de las víctimas con tramas paralelas al crimen (sigue existiendo, pero su trama va mucho más unida con la principal) que hacen bajar puntos al conjunto.
Al menos un final BESTIAL hace que la serie remonte y tengas ganas de la cuarta y última temporada.
Temporada 4: Esta temporada no fue a cargo de AMC, que se retiraron y dejaron a Netflix para que recogieran el testigo. Es una minitemporada de seis episodios que cierran todos los flecos anteriores y cuentan un nuevo crimen (el más soso de todos y que, además, da la impresión de que se resuelve solo) que sirve un poco de excusa.
Lo importante de esta temporada, y lo que hace realmente bien, es utilizar todo el potencial de las historias personales de los personajes, creando algunas de las tramas más interesantes de la serie y centrando el protagonismo en cosas más cercanas a sus historias personales.
Un bonito final para una serie empezó genial pero que no consiguió mantener el ritmo. Aun así, muy recomendable.
Nombre original: The Killing
Creador: Veena Sud / Basado en la serie "Forbrydelsen" de Danmarks Radio
Sinopsis: Rosie Larsen ha sido asesinada y Sarah Linden, la detective asignada al caso, debe resolver el caso antes de irse a la otra punta de Estados Unidos para empezar una nueva vida junto a su hijo y su prometido. Pero su jefe le pide que se quede hasta que lo resuelvan y, de paso, enseñe el oficio al nuevo policía que ha llegado de Operaciones Encubiertas.
Año de comienzo: 2010
Duración: 44 capítulos de 45 minutos en 4 temporadas.
Productora: AMC, Netflix
Temporada 1: Creo que la mejor forma de definir es PURO CINE.
La serie tiene un ritmo sosegado (un capítulo equivale a un día en la serie) que se traduce en una preciosista fotografía y una dirección la mar de acertada. Todo lo que aquí puedes ver hace ver que no estás viendo una serie, sino algo mucho mejor. Por lo pronto, la trama no sólo es adulta, sino que el tratamiento de la violencia, de la psicología y del trabajo policial es admirable.
La AMC se ha lucido con esta serie que cuenta con profesionales no sólo detrás de las cámaras sino también delante. Los actores son magníficos (GRANDE la familia Larsen al completo) y sus papeles están muy trabajados. En definitiva, la serie parece la combinación perfecta entre el realismo de The Wire y la inmersión de Los Soprano.
Imprescindible.
Temporada 2: Debería ser pecado tardar más de tres años desde la crítica de la primera temporada hasta este momento, pero recuperar esta serie merece la pena. Después de ver la versión original, pensé que no merecía la pena verme esta temporada, ya que la historia iba a ser exactamente igual... pero no. Es un giro de 180 grados a la investigación y, de cierta manera, me parece más redonda la explicación de la versión americana.
En resumen, todo sigue igual: Actores magníficos, puesta en escena de cine y giros argumentales que se atropellan para crear un cliffhanger tras otro sin que dé la impresión en ningún momento de que alguien está manipulando la trama para alargarla sin sentido.
Todo perfectamente sincronizado, todo perfectamente atado. Una serie perfectamente bien construida.
Temporadas 3: Los datos de audiencia de la segunda temporada fueron bastante discretos, así que los rumores de la cancelación hicieron que los productores decidieran bajar el presupuesto de la serie drásticamente. Eso se nota en una menor variedad de decorados, situaciones y personajes. Solo sobreviven a la quema los dos protagonistas de la anterior temporada, desapareciendo de escena el resto.
Una pena y un error.
Ciertamente la tercera temporada consigue mantener parte del atractivo de las anteriores temporadas (aunque no tanto su atractivo visual, por culpa del presupuesto), con un crimen más extraño y rebuscado, aunque minimizando esa humanización de las víctimas con tramas paralelas al crimen (sigue existiendo, pero su trama va mucho más unida con la principal) que hacen bajar puntos al conjunto.
Al menos un final BESTIAL hace que la serie remonte y tengas ganas de la cuarta y última temporada.
Temporada 4: Esta temporada no fue a cargo de AMC, que se retiraron y dejaron a Netflix para que recogieran el testigo. Es una minitemporada de seis episodios que cierran todos los flecos anteriores y cuentan un nuevo crimen (el más soso de todos y que, además, da la impresión de que se resuelve solo) que sirve un poco de excusa.
Lo importante de esta temporada, y lo que hace realmente bien, es utilizar todo el potencial de las historias personales de los personajes, creando algunas de las tramas más interesantes de la serie y centrando el protagonismo en cosas más cercanas a sus historias personales.
Un bonito final para una serie empezó genial pero que no consiguió mantener el ritmo. Aun así, muy recomendable.