Nombre original: The Newsroom
Creador: Aaron Sorkin
Sinopsis: Will McAvoy es el presentador de las noticias de la noche en una de las cadenas más importantes del país, famoso por no hablar de su orientación política. Todo cambiará cuando su ex-novia empiece a trabajar como productora ejecutiva de su programa.
Año de comienzo: 2012
Duración: 25 capítulos de 55 minutos en 3 temporadas.
Productora: HBO
Temporada 1: Aaron Sorkin es un grande. Ya lo demostró con El Lado Oeste de la Casa Blanca y poco a poco ha ido haciendo lo mismo con toda las series que ha creado.
The Newsroom, al tener sólo diez episodios, necesita ir a un ritmo al que no está acostumbrado Aaron y que le impide meter tanta paja en sus tramas, lo que le sienta muy bien a la serie.
Por lo demás, es una serie tipo a la que nos tiene acostumbrados este guionista: Mordaz, inteligente y muy bien producida. Grandes actores, una muy buena realización y, en conjunto, una buenísima serie, de lo mejorcito de la HBO últimamente.
Temporada 2: Por desgracia, la serie se detiene en la segunda temporada. La trama de continuidad se separa de la realidad y a mí, personalmente, no me funciona. Además, cualquier parecido con una relación adulta entre los personajes protagonistas se desvanece cuando todas las tramas amorosas que los conectan se empiezan a parecer a lo que un adolescente podría manejar sin problema en una tarde de whatsapp.
Sí, Sorkin sigue siendo un tío muy inteligente que sabe mucho de política. Sí, ver esta serie te hace aprender mucho sobre cómo funciona el sistema electoral americano. Y sí, los dos episodios finales (cuando la trama de Génova está casi finiquitada) son de lo mejor de la serie... pero la serie ha perdido gran parte de su interés. Sigue siendo inteligente pero no mordaz. Es más evidente que nunca que Sorkin es demócrata y, lamentablemente, que sus ideas empiezan a fallar.
Temporada 3: La serie termina en una temporada más corta de lo habitual y con tintes de final desde el comienzo. Es una bonita historia con esa moralina que Sorkin pone en todos sus proyectos y que... bueno, ya huele.
Estamos hablando de alguien que ha tenido que pedir perdón públicamente por esta serie. Por decir a los reporteros de medio mundo cómo deben hacer su trabajo desde un puesto de moralidad y prepotencia difícil de digerir. Y lo tuvo que hacer porque, joder, es la verdad. Todo es un intento por demostrar que el mundo sería un poco mejor si todos fuéramos Don Quijote.
Esta temporada baja un poco la intensidad de la crítica y se convierte en una historia más personal, más David contra Goliath y menos Sorkin contra el mundo. Esta temporada mejora el nivel, aunque sea un poco, y nos recuerda un Sorkin un poco mejor.
No es su mejor proyecto, y si no te gusta la verborrea de gente listísima diciendo cosas listísimas, esta temporada no cambia. Pero mejora. Y se agradece.