Nombre original: Orange is the New Black
Creador: Jenji Kohan
Sinopsis: Basada en la experiencia real de Piper Kerman, esta serie cuenta la historia de Piper Chapman, una mujer que traficó hace diez años con drogas una vez y que ahora, con su vida totalmente cambiada, es metida en prisión.
Año de comienzo: 2013
Duración: 91 capítulos de una hora en 7 temporadas.
Productora: Netflix
Temporada 1: Esta serie va a medio camino entre la comedia y el drama. No es un drama carcelario porque tiene personajes secundarios la mar de cómicos, pero no es comedia porque la trama intenta ser realista.
Claro que el realismo termina cuando la ex-novia de la protagonista está encerrada en la misma cárcel que ella. No es que no tenga momentos dramáticos y los primeros episodios, cuando la trama todavía no se ha volcado en los amoríos y los líos de faldas, es genial. Tiene símiles con la vida real de lo más acertados. Símiles que son, sin duda, lo mejor de la serie.
Momentos que te dejan ver cómo es la sociedad en la que vivimos y las prioridades absurdas que tenemos. Por desgracia, estos grandes momentos van desapareciendo y al final no hay nada de ellos.
Sólo una trama tramposa marca Jenji Kohan y poco más.
Temporada 2: Sorprendentemente, la serie mejora MUCHO. Hay un cambio de foco y ahora, la historia principal, la más floja y manida, está al mismo peso que el resto. Las secundarias cobran mucho más protagonismo y, de esa manera, la historia mejora mucho más.
Los capítulos mejoran, las interpretaciones mejoran, las tramas se hacen más interesantes... Maldita sea, TODO mejora.
Un gran aplauso para Jenji Kohan.
Temporada 3: Y ahora la serie funciona a la perfección. Es todo un gran enorme motor con engranajes perfectamente engrasados. Es genial.
Y me encanta.
Bravo. ¡¡¡Bra-vo!!!
Temporada 4: Ya empiezan a verse las maneras a Jenji Kohan de nuevo. La serie es una pasada y las tramas tan corales son magníficas, pero es un poco extraño el final de la temporada. Espero de verdad que no ocurra como con Weeds, donde Kohan mete demasiados cambios que no llevan a nada. Espero que sea paranoia mía porque de verdad que es una serie muy buena.
Temporada 5: Bueno, pido perdón. BUENÍSIMA esta temporada. Cambia el tempo, cambia el foco pero todo sigue igual. La serie es una joya y, aunque hay algunos personajes muy guays que desaparecen sin explicación, la verdad es que la serie es genial.
Una maravilla. Me encanta.
Temporada 6: La serie va encaminando una nueva etapa y lo hace con gran dignidad y muy buenas nuevas ideas. Demuestra que, pese a llevar mucho en antena, podría continuar muchísimo más y que el discurso político puede motivar grandísimas obras como esta.
Temporada 7: Todo llega a su fin y es bueno llegar ANTES de terminar mal. Esta serie sigue totalmente fiel a sí misma, con un discurso que no recuerda q un final, sino a un continuo "seguir adelante" que le sienta como un guante y deja uno de los finales más agridulces que recuerdes jamás.
