Nombre original: Bloodline.
Creador: Todd A. Kessler, Glenn Kessler, Daniel Zelman.
Sinopsis: Los Rayburn son una familia modelo afincada en Florida, querida por todos, adorada por la mayoría... hasta que viene el hermano bala perdida y todo se tuerce.
Año de comienzo: 2015
Duración: 33 episodios de 1 hora en 3 temporadas.
Cadena: Netflix.
Temporada 1: Es una serie bastante calmada con una promesa de violencia que sabes que se va a cumplir. "No somos malas personas pero hemos hecho cosas malas" es una frase perfecta para definir la trama y le va de anillo al dedo.
Los actores hacen un trabajo maravilloso y, en general, la trama es lenta, calmada pero sin pausa. Por desgracia los capítulos duran demasiado y muchas veces se vuelve aburridilla, pero en general merece bastante la pena.
Temporada 2: Al terminar la primera temporada, muy buena parte del pescado ya está vendido. La serie avanza como pollo sin cabeza simplemente mostrando las miserias de la familia Rayburn y, bueno, eso MOLA.
Mola mucho saber que la van a cagar sin saber exactamente cómo o por qué. La segunda mitad de la temporada ya se encamina y se hace más fácil de ver, pero lo cierto es que mola menos. De hecho, el final de la segunda tempora es un poco MEH.
Temporada 3: Y la historia acaba. Es una temporada que parece que va como pollo sin cabeza. De hecho no es fácil entender la historia porque no es fácil entender de qué va la temporada. Muchas cosas seguidas que se atropellan y, en general, sin dejar claro qué está contando.
El final la verdad es que mola bastante. Eso sí.
